Fallece en Irlanda una mujer tras negarle un aborto terapeútico
| Aborto | Carmen Rodríguez
Con la muerte de Savita Halappanavar, se abre el debate sobre la legislación del aborto en Irlanda.
El caso de Savita Halappanavar ha conmocionado a miles de personas. Esta mujer india de 31 años falleció el pasado 28 de octubre en el Hospital Universitario de Galway (Irlanda) tras la negativa de los médicos a practicarle un aborto a pesar de que padecía todos los síntomas para tener un parto espontáneo en la semana 17 de embarazo.
Según ha explicado su viudo, Praveen Halappanavar, los médicos dijeron que no le practicarían la interrupción del embarazo “porque, por desgracia, Irlanda es un país católico y la ley lo prohíbe” y aludieron que debían esperar a que el corazón del feto dejara de latir, lo que ponía en riesgo la vida de Savita.
Por la ambigüedad de la ley vigente en Irlanda, los médicos optaron por esperar a que muriera el no nacido antes de realizar un parto forzado, a pesar de que la salud de la madre empeorara. Cuatro días después de la espera, la madre murió de una septicemia.
La polémica surge en torno a dos aspectos. Por un lado, no fue suficiente con ella estuviera en estado muy grave, ya que los médicos debían concluir que está en peligro de muerte para practicarle el aborto. Y por otro lado su viudo constata que su mujer mostraba signos claros de riesgo para su vida desde que acudieron al hospital.
Muchos se preguntan ahora que si el feto no podía sobrevivir por la pérdida de líquido amniótico y la amenaza de parto espontáneo con tan sólo 17 semanas de gestación, ¿no debería primar la salud de la madre? Una cuestión que ha reabierto el debate en torno a la ley del aborto en Irlanda.
En Irlanda, el aborto es ilegal en base a una ley que data de 1861 y la Constitución de 1983 reconoce el derecho a la vida del niño no nacido “teniendo en cuenta el derecho equitativo a la vida de la madre”.
Poco después, en 1992, la Corte Suprema del país señaló que el aborto era legal si había riesgo sustancial para la vida de la madre como resultado de su embarazo, pero nunca se transformó en una ley que garantizara el derecho a la vida de la madre por delante del derecho a la vida del que va a nacer. En estos últimos 20 años, no se ha revisado la ley del aborto en Irlanda.
Más de 10.000 personas marcharon por las calles de la capital irlandesa para reclamar una nueva ley del aborto en Irlanda, una de las más restrictivas de la Unión Europea.