La población chilena apoya el proyecto de ley sobre el aborto
| Aborto | Carmen Rodríguez
Una encuesta demuestra que la mayoría de chilenos/as está de acuerdo con el aborto en los supuestos contemplados
La empresa Plaza Pública Cadem ha realizado un sondeo sobre el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo que Michelle Bachelet envió al Legislativo chileno. En el texto se contempla despenalizar el aborto en tres casos específicos: cuando la vida de la madre se encuentre en riesgo, cuando el feto padezca de una alteración estructural genética incompatible con la vida o la mujer haya sido víctima de una violencia sexual.
El 71 % de las personas encuestadas estaba a favor del aborto en los causales propuestos. El 79 % manifestó estar a favor “del derecho de la mujer a abortar”, entre ellos, el 60 % sólo bajo algunas causas y un 19 % en cualquier circunstancia. Además, la misma empresa realizó esta encuesta 4 veces en 2014, obteniendo resultados similares.
También se preguntó acerca de la polémica surgida en torno a la objeción de conciencia. La propia presidenta Bachelet prometió en campaña electoral no obligar a los centros de salud pertenecientes a la Universidad Católica a practicar abortos. Estos mismos han afirmado en declaraciones recientes su negativa a hacerlo. En el sondeo se incluyó una cuestión sobre si las personas entrevistadas estarían de acuerdo con esta negativa. El resultado fue que el 62 % de las personas está en desacuerdo. Este dato es curioso teniendo en cuenta que la mayoría de encuestados/as se declararon católicos/as.
Polémicas declaraciones
Pablo Lorenzini, diputado de Democracia Cristiana, un partido que no apoyará el proyecto tal y como está redactado, ha sido criticado por unas recientes declaraciones en Radio Sónar. Bajo su punto de vista, el supuesto de violación no establece límites claros ya que “miles de mujeres” podrían mentir al alegar este causal o provocar ellas mismas la violación:
“¿Qué es violación? Producto de algo que no quiso. Hay miles de casos de mujeres que tienen relaciones porque, a lo mejor, tomaron un traguito de más o estaban apenadas, o por las circunstancias que pasan en la vida, que el hombre es muy hábil y las convenció y ella no quería, en ese caso ¿es violación también?”
Su opinión sobre que las mujeres mienten e inventan los casos de violación también se extendió hacia las violaciones y abusos sexuales a menores:
“Cómo se sabe que efectivamente fue violada. Lo que declare una niña pequeña; tú sabes que en una parte importante de los casos son intrafamiliares y cómo están los tiempos… porque también puede abrir una puerta para decir ‘no, me violaron, fue un poco forzado, no fue mi pololo’. El tema es dónde está el límite, yo mañana puedo decir ‘me drogaron’, esos límites no los veo claro en el proyecto de ley”.