Normalización de la práctica del aborto en California (EEUU)
| Aborto | Carmen Rodríguez
Buena noticia para la normalización de la práctica del aborto en California (EEUU) cuando en nuestro país, el Gobierno del PP, anuncia para octubre su restrictiva y conservadora reforma del aborto.
El Estado de California ha aprobado una ley que permitirá a las enfermeras y asistentes sanitarias realizar abortos en el primer trimestre de embarazo (12 semanas), sin la necesidad de que está práctica sea realizada por un médico.
California se une así a otros cuatro Estados (Oregón, Montana, Vermont y New Hampshire) en los que no es necesaria – o por lo menos no se prohíbe- que está práctica de interrupción de embarazo sea realizada por un profesional sanitario no médico. Para ello, según la medida aprobada, estos profesionales deberán haber realizado al menos 40 abortos bajo supervisión médica.
El objetivo de esta ley es extender la práctica de la interrupción del embarazo a zonas rurales del Estado de California donde existen pocos médicos y así facilitar su acceso a todas aquellas mujeres que lo requieran, independientemente de donde vivan.
En relación a nuestro país, esta noticia tiene especial interes y relevancia por varios motivos:
1) La importancia y necesidad de normalizar la práctica del aborto como una práctica médica más, que dentro de las primeras 12 semanas resulta, además, especialmente sencilla de realizar de forma ambulatoria.
Esta sería una forma de ir liberándo la práctica del aborto de todos esos prejuicios morales/religiosos que trantan de obstaculizarla rodeándola de toda una cultura negativa y culposa hacia la mujer, que tanto influye en su consideración social y que se resume muy bien en la frase: “Yo he abortado, tu has abortado. Todas callamos”
2) En el Estado Español, la realidad de la atención en salud sexual y reproductiva tanto en los centros de atención primaria como en los centros escolares es muy precaria. Actualmente y a pesar de las diferencias entre Comunidades Autónomas podemos afirmar que, de forma general, dicha atención está muy limitada y enfocada hacia planteamientos claramente reproductivistas. Asi, todo lo relacionado con la sexualidad en todas sus dimensiones: biológica, psiquica y social ( educación afectivo-sexual, placer, derechos, prevención, etc.) queda fuera de estos centros.
Además, la ola de recortes y conservadurismo que recorre nuestro país, con medidas como la reforma de la ley de aborto propuesta por el Ministro Gallarón o el impulso de la religión dentro de la escuela, en detrimento de asignaturas como educación para la ciudadanía (única asignatura bajo la cual el profesorado más comprometido podía impartir algo de educación sexual), tiene dos objetivos claros:
• Recortar los ya limitados derechos de las mujeres en el acceso a interrumpir un embarazo que no desean. Alimentando y perpetuando esa consideración negativa y culposa hacia aquellas que libremente han decidido abortar.
• Restringir al máximo el acceso de la población (sobre todo de las mujeres) a una educación sexual donde la sexualidad sea vivida de forma satisfactoria y placentera como una forma de comunicación humana, fuente de placer, salud y afectividad, necesaria para el desarrollo pleno de la persona a lo largo de toda su vida.
Por todo ello, cualquier medida que venga a normalizar la práctica del aborto como una práctica sanitaria más, aunque sea fuera de nuestras frontera, es importante visibilizarla como ejemplo para ir transformando una realidad que nos recorta derechos y trata a las mujeres como menores necesitadas de tutelaje.