¿Qué son los derechos reproductivos y sexuales?

| Derechos sexuales y reproductivos |

Muchas veces hemos oído hablar de los derechos sexuales, pero en realidad sabemos qué son y cómo ejercerlos? A continuación te explicamos todo lo que necesi

Desde siempre seguro has escuchado que todas las personas tenemos una serie de derechos inalienables, es decir, aquellos que no nos pueden ser negados y que nos pertenecen por el simple hecho de ser humanos. Dentro de estos derechos podemos encontrar a los derechos sexuales y reproductivos. Como mujeres, en sociedades patriarcales estos derechos muchas veces se ven vulnerados por ideales religiosos o morales y por ello es muy importante que sepas cuáles son para que puedas ejercerlos y exigir justicia cuando creas que se están violentando.

La sexualidad como un derecho fundamental

Tal como lo mencionamos antes, la sexualidad es uno de los derechos que te pertenece por el simple hecho de que está atañe a tu cuerpo y tu salud. Además, tener libertad en los derechos sexuales supone que todas las personas pueden ejercerla de forma individual, libre y digna.

Todo esto quiere decir que solo TÚ tienes el derecho y la capacidad de decidir sobre todas aquellas cuestiones relacionadas con tu cuerpo y tu sexualidad. Esto también quiere decir que tienes la obligación de respetar la misma autonomía en otras personas, ya que de no hacerlo estaríamos atentando contra su propia libertad e integridad. La sexualidad es un espectro muy amplio y diverso, el cual se basa en el respeto, siempre se tiene que ver desde la perspectiva de la libertad, sin coerción o violencia de cualquier tipo.

Ejemplos de derechos sexuales y reproductivos

Ahora que ya sabemos de qué tratan los derechos sexuales, que son inalienables y que debemos respetar los de los demás, vamos a ver en concreto algunos de ellos para que puedas identificarlos:




  • Derecho a mantener la privacidad sexual: Este derecho cobra más fuerza que nunca en la actualidad, ya que con el internet cada vez es más sencillo violentar el derecho a la intimidad de los demás. Este derecho nos garantiza que nadie puede hacer público nada relacionado con la sexualidad de otra persona sin su consentimiento. El derecho a la privacidad se protegió recientemente con la legislación de la Ley Olimpia en México.
  • Derecho a la igualdad sexual: Antes hablábamos de la sexualidad como un concepto muy amplio y esto se debe en gran parte a su diversidad, por lo que cualquier persona sin importar su orientación, género, raza, clase social, religión o condición física puede ser discriminada o violentada por alguna de estas razones.
  • Derecho a tener placer sexual: Todo aquello que se encuentre directamente relacionado con nuestro cuerpo es nuestro asunto propio, incluyendo las sensaciones que puedan desprenderse al ejercer nuestra sexualidad de forma sana y consensuada.
  • Derecho a la asociación sexo-afectiva libre: Este derecho protege tus decisiones de tener pareja (s) afectivas de forma libre y que puedas elegir el matrimonio, la unión libre, la poligamia, etc. Cabe mencionar que este derecho está estrechamente relacionado con el respeto de los derechos y los límites de los demás. Recuerda que tu derecho acaba donde comienza el de la otra persona.
  • Derecho a decidir libremente en cuestiones reproductivas: En este derecho se protege tu decisión de tener hijos, así como la cantidad que desees (mientras puedas garantizarles bienestar y condiciones dignas) por otro lado, también se protege la decisión de no querer hijos, usando anticonceptivos para ello o recurrir a la interrupción legal del embarazo.
  • Derecho al acceso a la educación sexual integral: La información es una de las herramientas más potentes que influyen en nuestra toma de decisiones, por ello, siempre se debe garantizar que podrás acceder a la información sobre sexualidad que necesites. Esto debe hacerse desde la infancia temprana (obviamente no al mismo nivel que a un adulto) donde el niño con su capacidad cognitiva pueda reconocer algunos conceptos como el consentimiento. Mientras que a un adolescente ya se le puede hablar de los anticonceptivos o las enfermedades de transmisión sexual.
 
 

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