Aumento de la demanda de parteras en zonas urbanas

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En diez años ha crecido un 89% el número de nacimientos atendidos por parteras en zonas urbanas.




Según datos del instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), el número de mujeres que deciden ser atendidas por parteras en su parto ha crecido de forma espectacular. Si en 2010, se registraron 572 nacimientos urbanos, atendidos en casa por parteras en 2016 está cifra se elevó a los 5.493 nacimientos. Un incremento del 89% en apenas una década.

Según las mismas fuentes, los estados donde se produjeron más incrementos fueron Ciudad de México, Morelos, Puebla, Tabasco, Yucatán y el Estado de México.

Las razones para que se esté produciendo este incremento de la partería r en las zonas urbanas, antes muy minoritario, son varias.

En primer lugar, las deficiencias en la atención de las instituciones de salud públicas, y también privadas. Según las denuncias documentadas por defensoras de los derechos humanos, la violencia obstétrica es una realidad que viven muchas mujeres en México, durante el embarazo y parto. Se relatan experiencias de mal trato, regaños, pocas explicaciones por parte de médicos, largas horas de espera en urgencias, uso de anestesia, medicamentos, amenazas de cesaría, ……y en muchos casos nula consideración hacia la decisión de la mujer de cómo quiere parir.

Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 (ENDIREH) un 33,4% de mujeres entre los 15 y 49 años señalan que sufrieron violencia obstétrica en su parto. Además, de los 3,7 millones de mujeres a las que se les práctico una cesárea, algo más del 10% no se les informó de la razón y a un 9,3% no se les pidió autorización para realizarla.

Antes las recurrentes denuncias sobre violencia obstétrica, muchas mujeres de las grandes urbes bien por la propia experiencia o por información que las llega, buscan otras opciones de parto. Se niegan a sufrir procedimientos innecesarios y mala atención, en una situación tan importante y vulnerable como es el momento del parto. Por ello se informan y prefieren recurrir a la atención de una partera profesional que presta una atención más personalizada y respetuosa con los deseos de la mujer a lo largo del parto.

Uno de los aspectos más controvertidos sobre el servicio de partería, es la atención cuándo aparecen complicaciones en el parto. Es un momento decisivo que , tanto parteras como médicos, temen que pueda derivar en muerte materna, un problema grave que México no logra erradicar.

Es por ello que desde distintos organismos y asociaciones de derechos humanos, se viene demandando el reconocimiento de la partería así como la necesidad de implementar políticas públicas relacionadas con la partería tradicional, las parteras profesionales y las enfermeras obstetras, fortaleciéndose la vinculación de todas ellas en el Sistema Nacional de Salud.  

La partería es un servicio útil y necesario en México pero se requiere la profesionalización y capacitación de las mujeres que atienden a otras mujeres para preservar la tradición sin correr riesgos evitables.

Por otro lado, es necesario seguir avanzando hacia la erradicación de la violencia obstétrica en el sistema de salud. Es urgente la implementación de campañas y acciones de sensibilización y capacitación al personal de salud en torno a la violencia obstétrica, así como para contrarrestar los prejuicios de género.  Es el Estado el que debe poner a disposición de la población todo los medios y recursos necesarios para que pueda ejercer sus derechos de salud.

 
 

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