3 Consejos sobre las bolas chinas
| Sexología | Carmen Rodríguez
Te damos algunas claves útiles a la hora de elegir este artículo de salud para ejercitar tu suelo pélvico
1.Plantéate si realmente son adecuadas para ti.
Las bolas chinas sirven para ejercitar el suelo pélvico o musculatura pubococcígea, los músculos que van del pubis al coxis. Previenen el prolapso uterino, descolgamiento de órganos y pérdidas de orina. Aunque no suelen dar placer por sí solas, ayudan a controlar dichos músculos para contraerlos y dilatarlos, lo ayuda a manejar mejor esa zona durante la penetración.
Puedes ejercitarlos sin ningún objeto mediante los ejercicios de Kegel. Recuerda no hacerlo con la orina (aunque simules cortarla) porque las toxinas pueden causar infección. Y que el control del esfínter es también un buen ejercicio. No te olvides de acompasar la respiración. También pueden ayudarte profesionales, cada vez hay más fisioterapeutas especialistas en suelo pélvico. Si estás embarazada consulta a tu médico/a sobre si es adecuado usarlas, porque, salvo las primeras semanas, el suelo pélvico ya soporta suficiente peso. Después del parto, vendrán muy bien para recuperar tono, pero deberás esperar, como mínimo, la cuarentena. ¿Vaginismo o dispareunia (dolor en la penetración)? Seguramente tengas que empezar por otros tratamientos / ejercicios / tamaños antes de usar bolas chinas.
2.¿Qué tipo de bolas debo usar?
Se venden sobre todo en tiendas eróticas y aun no en demasiadas farmacias. Lo primero, exige que sean de silicona. Es un material no poroso que no alberga virus, mucho más sano para la higiene íntima. En segundo lugar, las fabrican de una o de dos bolas. Se recomienda empezar por una sola, es menos peso y los músculos realizan menos esfuerzo. Del mismo modo, cuando el formato es un esqueleto que soporta las bolas con pesos intercambiables, se debe empezar siempre por la carga más pequeña. Es importante preguntar el peso/s. Si hay diferencias de anchura, unas bolas más estrechas costarán más de retener, porque las paredes vaginales se tienen que juntar más. Si tienen dibujo rugoso también se agarrarán mejor dentro, pero costará más introducirlas y viceversa. Actualmente hay algunas de tacto sedoso con la punta ovalada que ayuda mucho a la inserción. La sujeción y el material del hilo/cordón con el que se extraen las bolas también deben ser muy seguros. Desconfía de unas bolas chinas demasiado baratas. Recuerda, es tu salud.
3.A tener en cuenta sobre su uso.
Contrariamente a lo que se decía antes, no es bueno usarlas más de 30 minutos, menos al principio. Son músculos que hacen gimnasia. ¡Incluso podrías tener agujetas! No es cierto que causen orgasmos. Al andar, pueden dar un poco de placer por los golpes de la bola de acero que tienen dentro. Pero, aunque haya nervios en las paredes vaginales, hay pocas mujeres tan sensibles a ese tipo de estimulación. Si te cuesta meterlas/sacarlas lo mejor es relajarse y usar un lubricante con base de agua. Recuerda que se colocan como un tampón, sólo se queda fuera el hilo y lo normal es que no te duela. Se lavan con jabón de PH neutro y agua templada. Si quieres ejercitar más la zona, muévete más. Por la propia ley de la gravedad, el peso de acero tenderá a caerse y el suelo ya estará trabajando para sujetar las bolas que están dentro. Si es la primera vez que las usas, mejor quédate en casa tranquila (quienes tengan la musculatura pubococcígea muy laxa pueden perderlas por el camino, aunque no es lo normal…). Lo recomendable es usar una sola bola e ir aumentando días y tiempo de uso progresivamente.
Suerte con tu decisión. Si no, pregunta en tu tienda, seguro que te ayudarán.