Hoy 14 de abril se ha debatido en el Congreso de los Diputados español la proposición de que presentó el PP (el Partido Popular, que representa a la derecha conservadora) para reformar la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Proponían una modificación única: que las jóvenes de 16 y 17 años tuvieran que pedir obligatoriamente el consentimiento de sus progenitores/as, cuando anteriormente sólo tenían que informar. La tramitación de esta reforma ha salido adelante con el voto en contra de varios partidos de la oposición (136 votos), 4 abstenciones (3 del propio PP) y 184 votos a favor de la modificación.
Mientras, como llevan haciendo durante varios meses, centenares de mujeres se manifestaban en todo el Estado Español a favor del derecho a decidir, con lemas críticos contra los anti-elección.
Según ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo), sólo un 0,4% de las mujeres que abortan en España son menores que no informan a sus tutores/as. Se trata de casos aislados de chicas en familias desestructuradas, violadas, solas, en desamparo o con falta total de comunicación. Nos comentan el caso de Alba, una joven de 17 años que tomó de forma responsable y consciente la decisión de abortar porque le fallaron los métodos anticonceptivos. Se le rompió el preservativo. Tampoco le funcionó los anticonceptivos de emergencia. No tenía buena relación con sus progenitores. Las creencias ultraconservadoras de su madre y la falta de comunicación con su padre (con el que no habían retomado el contacto hasta hacía un año) se lo ponía muy difícil. “Son mis padres pero son como dos extraños”. Impedir abortar a mujeres como Alba, es abocarlas a un aborto inseguro o clandestino, o peor, obligarles a tener hijos/as que no desean.
El debate en España sobre un tema tan subjetivo como la edad de madurez de las menores ha sido inexistente. Sin embargo, la clase política ha aprovechado la cercanía de las próximas elecciones para lanzarse mensajes de campaña. El propio Partido Popular, que presentó la modificación en forma de Proposición de Ley para saltarse el examen de los órganos consultivos, no ha podido ocultar su división interna. El día previo al debate, tres diputados/as y cuatro senadores/as redactaron una carta en la que manifestaban su descontento con la postura de su partido. José Eugenio Azpiroz, Lourdes Méndez, Javier Puente, Gari Duran, José Ignacio Palacios, Luis Peral, Ángel Pintado y Ana Torme consideraban que la reforma sería insuficiente. Tanto Méndez como Azpiroz hicieron declaraciones públicas sobre sus posibles abstenciones o no asistencia a la votación, con comentarios muy negativos hacia su partido. La carta mostraba disconformidad con que, siendo la proposición sobre “el supremo de los derechos, sin el cual no hay derecho posible, el derecho a la vida humana de quien ya la posee –el concebido no nacido- el más inerme e indefenso en su protección”, no se evitara que el aborto siguiera apareciendo como un derecho. Porque el PP de momento no ha impedido que la Ley española actual reconozca el aborto como un derecho. También pedían que se hubiera abierto un debate sobre el hecho de que la interrupción voluntaria del embarazo siga siendo libre hasta las 14 semanas en España.
«Las eventuales consideraciones sobre el futuro electoral y la repercusión sobre otras políticas no pueden utilizarse como coartada para adoptar posiciones de ambigüedad que no resuelven el grave problema de considerar el aborto como un derecho», afirmaban en el texto. También añadían en la carta ser «conscientes de que el debate del aborto está muy unido al de la maternidad (…) entendemos que toda política de apoyo a la maternidad contribuye a ponerla en valor y a facilitarla”.
El PSOE (el partido moderado "de centro"), acusó al PP de usar a las mujeres y el debate sobre sus derechos sexuales y reproductivos como estrategia electoralista.
Al final el PP no ha conseguido satisfacer ni a su sector más conservador ni al menos religioso. Los obispos de la Conferencia Episcopal había pedido que los diputados rompieran la disciplina de partido y votaran según su conciencia, que no fueran parte del “engranaje de la maquinaria”. Pero sólo ha convencido a 3. Marta González, portavoz adjunta del PP en el Congreso, ha abierto hoy el debate intentando contentar a los anti-elección diciendo que esta reforma parcial no valida el resto de la ley. Ha dicho de las jóvenes de 17 y 18 años que están en “un periodo de la vida en la que la madurez emocional no se ha conseguido”.
Ascensión de las Heras, de Izquierda Plural, ha intervenido en contra de la modificación: “No se sostiene con argumentos científicos, sanitarios o sociales, está demostrado que ni las jóvenes se han tomado el aborto como un anticonceptivo más ni han acudido masivamente sin compañía para abortar".
El Estado Español debate reformar su ley del Aborto
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