Muchos de los embarazos que se producen en el mundo en adolescentes suceden en países en desarrollo aunque en los países desarrollados es un problema también de salud pública.
La Organización Mundial de la Salud considera que el embarazo durante la adolescencia es un embarazo de riesgo, debido a las repercusiones que tiene sobre la salud de la madre y el feto, además de las secuelas psicosociales, particularmente sobre el proyecto de vida de los adolescentes.
Los países deben apostar por tener una mayor intervención en salud sexual para que los jóvenes tengan una mejor calidad en sus relaciones sexuales y para ello deben tener mayor información en educación sexual para prevenir embarazos no deseados y evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual.
Hay que enseñar a los adolescentes el beneficio de utilizar métodos anticonceptivos siempre que mantengan relaciones sexuales siempre que su deseo no sea quedarse embrazada, el condón bien utilizado protege de embarazos no planificados y previene el contagio de ETS.
La información es muy importante para tener relaciones sexuales sanas, nos dan poder para tener un desarrollo sexual normal, tener relaciones sexuales honestas y respetuosas con la otra persona.
Tenemos que dar a los jóvenes las herramientas suficientes para tener un mayor conocimiento y mayores habilidades para que puedan hacer buenas elecciones en si vida.
La UNESCO señala algunas recomendaciones para que la Educación Sexual Integral sea impartida cumpliendo determinados criterios de calidad:
- Que esté basada en la evidencia y no en mitos o creencias religiosas.
- Que sea acorde a la edad a quienes va dirigida.
- Que sea integral, para ello debe incluir distintos temas como fisiología y anatomía sexual y reproductiva, crecimiento y desarrollo en la pubertad, métodos anticonceptivos, relaciones sexuales seguras y responsables, relaciones afectivas saludables y respetuosas o prevención del abuso sexual, del embarazo no deseado, matrimonio infantil y mutilación genital femenina.
- Debe estar basada en un enfoque de derechos humanos para promover los derechos sexuales y reproductivos, la igualdad de género, el derecho a la educación y a la no discriminación por razón de género, clase, orientación sexual, identidad sexual o discapacidad.