La falta de educación sexual y la poca información sobre salud sexual y reproductiva hace que existan muchas ideas falsas que siguen circulando sobre todo en la población más joven. Algunas mujeres siguen creyendo que tener flujo vaginal es sinónimo de alguna enfermedad cuándo en realidad es algo completamente normal y saludable, ya que su función es mantener la vagina húmeda y limpia.
Solo en los casos en los que el flujo vaginal cambie a un color irregular y aparezca asociado a otros síntomas como picor, escozor, mal estar, etc. podemos preocuparnos y consultar con un o una especialista.
A continuación señalamos algunos de los mitos e ideas falsas más comunes sobre el flujo vaginal:
- El flujo vaginal desaparece durante el embarazo y si existe en este periodo puede indicar alguna anomalía. Falso.
Al contrario de este mito, el flujo vaginal en el embarazo no solamente es normal, sino que es muy beneficioso, ya que previene el desarrollo de infecciones vaginales.
- El flujo vaginal tiene un olor fuerte y desagradable. Falso
La vagina y el flujo vaginal tienen olor como cualquier fluido corporal. De hecho varía a lo largo del ciclo menstrual, el considerarlo desagradable tiene que ver más con una cultura que lo estigmatiza que con la realidad. Si el flujo presenta un olor verdaderamente desagradable y fuerte podría ser una señal de infección.
- Las duchas vaginales ayudan a mejorar el olor. Falso
Al contrario de lo que se piensa las duchas vaginales no son recomendables, ya que destruyen el pH natural y la flora de la vagina que son indispensables para combatir las posibles infecciones.
- El flujo vaginal unicamente aparece en los días fértiles. Falso
El flujo vaginal sucede a lo largo del todo el ciclo menstrual, si bien es cierto que puede variar en su cantidad o flujo.
- La alimentación no afecta al flujo vaginal. Falso
Todo lo que se come influye de forma directa en el flujo vaginal, así hay alimentos que pueden cambiar el olor y hasta el sabor del flujo