Hablar de parto respetado supone defender el derecho de las mujeres a vivir de forma, consciente e informada, los procesos fisiológicos y naturales en relación al proceso de parto. Reivindica el respeto a el cuerpo de la mujer, a sus tiempos, a los bebes y a la fisiología del parto. Donde la mujer pueda elegir cómo quiere que sea, se sienta segura, conozca los riesgos de las intervenciones y no se la realicen prácticas de forma injustificada.
Por otro lado los profesionales médicos, además del trato cariñoso y educado hacia la mujer que está de parto, deben acompañarla en el proceso de parto, escuchándola, detectando si hay algún problema, y si verdaderamente lo hay, saber informar e intervenir de la mujer manera posible.
En México, existe distinta legislación al respecto que garantiza ,en lo formal, criterios y procedimientos para la prestación del servicio de parto, acorde con los estándares indicados por la OMS.
Esta legislación supone importantes avances en relación a los derechos de la mujer en el parto. La violencia obstétrica está sancionada. Pero aún es necesario que las mujeres reclamen el poder de parir, su capacidad y sabiduría natural para hacer frente al proceso de gestación, parto, lactancia y crianza tomando sus propias decisiones.
En este sentido los derechos enunciados en las distintas normativas, no garantizan su práctica, conociéndose numerosos casos donde la mujer tiene una experiencia de parto negativa y su opinión no es tenida en cuenta.
Entonces ¿Cómo garantizar el parto respetado?¿Qué derechos deben protegerse en el nacimiento de un bebe? A continuación exponemos algunas recomendaciones:
1.- La información. La mujer debe ser la protagonista de todo el proceso, por lo que debe ser informada de todos y cada uno de las intervenciones que se le vayan a realizar tanto a ella como a su bebe. De forma que sea la mujer la que decida y consienta basándose en dicha información médica.
Además, es importante que la información que se le de sea clara, oportuna, basada en la evidencia y que sea entendida por la mujer.
2.- Trato respetuoso por el personal médico, garantizando su intimidad. Que la mujer sea escuchada y atendida en sus necesidades fisiológicas, emocionales y psicológicas. Respetando también las peticiones que vaya formulando según vaya desarrollándose el proceso de parto
3.- Que se le permita estar en movimiento si así lo desea, hidratarse, comer, ir al baño o ser acompañada por la persona que elija.
4.- Acompañarla respetando sus tiempos biológicos naturales
5.- Recibir asesoramiento sobre lactancia y apoyo para amamantar. También sobre los cuidados que necesita el bebé al nacer y ella misma en el post parto.
