Una de las razones de que esto suceda es la dispareunia, un trastorno asociado al coito. Las mujeres que lo padecen viven con malestar y desazón y puede provocar que incluso tengan miedo a tener relaciones.
¿Por qué tengo ese dolor?
Algunos problemas ginecológicos pueden motivar relaciones dolorosas, como infecciones y/o la endometriosis. Otros motivos son la existencia de problemas dermatológicos en la vulva.
Cuando se trata de mujeres con dolor a la penetración vaginal por miedos o dificultades para lubricar, una terapia sexual con herramientas y protocolos tiene buenos resultados. Cuando la causa del dolor es médica, la perspectiva de solución depende del problema concreto, pues hay algunos más fáciles de resolver que otros.
Este dolor afecta a las relaciones íntimas con la pareja, por lo que lo adecuado es descartar las relaciones de coito mientras se soluciona.
Descartar las relaciones de penetración no significa renunciar al sexo ni al placer. Se puede tener una vida sexual plena y satisfactoria, ya que hay otras maneras de tener placer sexual.
Si una mujer empieza a tener relaciones de coito dolorosas y percibe que no es algo puntual, no lo deje pasar mucho tiempo y acuda a su ginecólogo lo antes posible.
Si tu ginecólogo no te ofrece respuestas, busca otros profesionales que puedan hacer su propia valoración o intervención, pues la dispareunia puede tener diversas causas y cada profesional realiza una evaluación diferente.